| La siesta del tigre 
 Descartes
 Sestea el tigre.
 En sueños la azucena
 los números deshoja
 de su cáliz preciso, y la razón
 en la duda de pétalos metódica
 infiere: Veracitas Dei esplende
 libremente en el signo que custodia.
 En el jardín-espejo está la sombra
 del espíritu, cuerpo que con su alma
 en la luz y la imagen se desdobla.
 
                                 [Los principios del tigre, 
Torredonjimeno, 1997] Ω El gesto del ángel 
                
Spinoza
 Sobre la identidad
 del tigre misteriosa
 esencia la figura,
 aquel gesto divino de la 
forma.
 Mas el ángel parece
 veloz y agreste; si 
apacible, torna
 feroz, y en la sublime
 sustancia que le anima se 
reposa:
 Persigue el tigre el 
cuerpo de la luz
 y el gamo del espíritu la 
sombra.
                                    
[Los principios del tigre, 
Torredonjimeno, 1997] Ω Dialéctica del tigre
 Hegel
 
 Funde la luz el filtro delicado
 del crisol con medida rigurosa.
 La imagen acicala
 la presunción felina en la lisonja
 del espejo que alienta con la luz
 la silueta eminente de su sombra.
 Lo racional, real en la pupilamagnética del tigre no perdona.
 Lo real, racional desgarra la
 conciencia, la memoria que se irisa
 en el lomo ondulado por la lógica,
 que eleva con un bucle inmarcesible
 el movimiento grácil de su cola.
                     [Los principios del tigre, 
Torredonjimeno, 1997] 
Ω 
Luz desde el mundo invisible.Entre el discurso del tiempo
 la eternidad sensitiva.
 Sobre la luz del silencio
 atenta escucha la sombra.El caos traza un sendero
 en el lienzo de la selva,
 el tigre estira concreto
 la línea de los bambúescon los pinceles del sueño.
 Un promontorio destaca
 de la selva aventurero,
 y entre el espeso boscaje,para esplendor del secreto
 en la silueta se irisa
 la garra de terciopelo.
 Para el brillo de su lomoaliña con vivos pétalos
 la prímula, la azucena,
 el jazmín, el pensamiento.
 Entre la selva una líneainvisible yo recuerdo
 que inscribe el tigre con luz
 mimética en su cuaderno.
                                      [Los principios del tigre, 
Torredonjimeno, 1997] Ω 
Un sueño imposible insistedesde el pulso de otro sueño
 si vigila cada instante
 con el recurso del método.
 La quietud, la soledadsonora, el cálido aliento
 (sobre la duda probada)
 los labios beben silencio.
 Para su albergue de sombrasdulce ilumina el deseo
 el sabor que está en la noche
 de la luciérnaga atento.
 Que la verdad no se busca,nos encuentra, no hay misterio;
 decía muy sosegado
 el tigre inflando su cuello.
 Sin hablar quedó entendidoel furor de su concepto.
 La fiera contempla el cambio
 tras lo inmutable del hecho.
 La quietud vive en el tallesiempre alerta, siempre excelso,
 en el silencio observaba
 la inteligencia del cuerpo.
 La semilla de la selvapor la pupila es complejo
 laberinto que germina
 totalidad del fragmento.
 
 [Los principios del tigre, 
Torredonjimeno, 1997]
 Ω En la espesura el antílopea la fuente lleva el paso,
 el movimiento constante
 le hará ser muy descuidado.
 La fiera observa la víctimacon candor extraordinario,
 acaricia la pupila
 inerme el lomo dorado.
 Observa su cuello tierno,observa su vientre blanco,
 y en ella misma se observa
 idéntica si contrario.
 Sabe el tigre que mirarno es un arte cultivado,
 no cuentan tanto los siglos
 como el saber instantáneo.
                          [Los principios del tigre, 
Torredonjimeno, 1997] Ω |